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¿Sabes qué es la psicología positiva? En este artículo pretendemos acercarte a esta disciplina que en los últimos años ha ido y sigue posicionándose en muchos ámbitos.

La premisa inicial de esta corriente afirma que si el objetivo de todas las personas es ser felices, ¿por qué no nos plantearnos cómo conseguirlo? Esa es, precisamente, la razón de ser de la psicología positiva. Descubre cuanto antes qué es, cómo se lleva a cabo y qué beneficios te reporta.

Psicología positiva, avanzando hacia la felicidad

Este enfoque de la psicología pretende contribuir al bienestar de la persona. Su fin último es la felicidad. Con este propósito, la psicología positiva ha desarrollado una serie de conocimientos que pueden aplicarse en numerosos ámbitos y situaciones.

¿Cómo podríamos, de inicio, definirla? Es la rama de la psicología que se dedica a analizar cuáles son los recursos personales y psicológicos, así como las fortalezas y potencialidades, capaces de ayudar a las personas para mejorar su calidad de vida.

Gracias a ella, el bienestar subjetivo aumenta y, también, la salud. En consecuencia, y de una manera simplificada, puedes concebirla como la ciencia que estudia lo que hace que valga la pena vivir, sin olvidar las adversidades.

Orígenes y esencia de este planteamiento

Martin Seligman, Ed Diener y Mihaly Csiskzenmihalyi son algunos de los pioneros de esta rama psicológica. De entrada, pusieron mucho énfasis en las emociones positivas y pronto descubrieron que las personas que conectaban habitualmente con ellas eran más felices.

El planteamiento, por lo tanto, ha de ser doble. En primer lugar, generar, alimentar y reflexionar sobre las emociones positivas y los estados optimistas o alegres. En segundo, y dado que no es posible evitar la aparición de emociones negativas, aprender a generar estrategias para compensarlas o matizarlas.

Tal y como afirmó Tal Ben Shahar, uno de sus mayores expertos, las emociones positivas y agradables impactan positivamente en nuestro bienestar.

Por ello, según esta corriente, las personas debemos esforzarnos en atraerlas buscándolas de forma intencionada. Si somos conscientes de este hecho, podemos empezar a incorporar hábitos tan sencillos como: dar las gracias, ser amables con los demás, sonreír, etc. Para potenciar nuestro propio bienestar.

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Un matiz fundamental

A la hora de entender la psicología positiva, es importante comprender muy bien un matiz básico. No se trata de perder o negar la libertad para estar tristes, enfurecidos o rabiosos. No puedes ni debes obligarte a ser feliz. Pero si conoces estos fundamentos serás consciente de que tu estado natural, y deseado, es encontrarte bien. Y sabrás cómo alcanzarlo.

Es cierto que las emociones desagradables nos ayudan a aprender y a crecer y las necesitamos para nuestro desarrollo. Pero los valores, los comportamientos, los pensamientos y las emociones de carácter positivo nos proyectan hacia la felicidad.

Los 3 fundamentos de la psicología positiva

Si deseas introducirte en este planteamiento y comenzar a dar pasos decididos para incorporar sus premisas a tu vida, puedes considerar sus principales fundamentos básicos.

El primero, recuerda, sobre todo, no negar las emociones negativas.

Por otra parte, céntrate siempre en lo que tienes: no podrás mejorar de otra manera. Si conoces cuáles son tus fortalezas, puedes apoyarte en ellas y, así, encontrar tu bienestar.

Por último, entre las variables que condicionan ese estar mejor que anhelas, destacan el equilibrio personal y los logros tanto personales como profesionales. Darles el lugar y la importancia que se merecen. No minimizarlos.

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Cómo ser más felices aplicando psicología positiva

Como nuestro cerebro está diseñado la supervivencia evolutiva, lo malo tiene más impacto que lo bueno.De este modo, en nuestro cerebro:

  • Los estímulos negativos producen más actividad neuronal que los
  • Las respuestas a las amenazas son más rápidas que las respuestas a las oportunidades y al bienestar.
  • Las experiencias negativas se guardan de forma inmediata en la memoria a largo plazo, mientras que las positivas necesitan que pensemos en ellas para que queden grabadas en la memoria a largo plazo.
  • Nuestra atención se focaliza más en los sucesos negativos que en los positivos.

La aplicación de la Psicología positiva se lleva a cabo y se concreta en el día a día. Es eminentemente práctica y se centra en pautas y referencias específicas que deben de aplicarse día tras día.

Te comentamos, a continuación, cuáles son sus pautas más determinantes:

Fomentar las emociones positivas

Podemos hacerlo poco a poco, al principio durante unos segundos o minutos al día. El cerebro empezará a optimizarse. Nos sentiremos y reaccionaremos mejor al experimentar emociones negativas.

Entrenar la mente en términos de positividad

¿Sabías que nuestros pensamientos suelen activar las emociones? Cuando nos ejercitamos para pensar en positivo, todo va mejor. Incluso, morfológicamente, nuestro cerebro cambia.

Trabajar la voluntad

Es un proceso que exige perseverancia, determinación y esfuerzo. Elegir voluntariamente los pensamientos positivos implica constancia y compromiso. Pero los resultados que obtenemos compensan el trabajo.

Los padres de esta rama psicológica sentaron sus bases para enseñar a las personas a ser más felices. Uno de los hitos que más influyeron en su difusión fue el estudio realizado al cerebro de un monje budista. Richard Davidson, neurocientífico de la Universidad de Wisconsin, eligió a Matthieu Ricard como objeto de su investigación.

¿Las conclusiones? ¡Fue considerado el hombre más feliz del mundo!. Tanto había meditado sobre el amor, la compasión y el altruismo que su corteza prefrontal izquierda era mucho más activa. ¡Es ahí donde conectamos con las emociones positivas!

En definitiva, la psicología positiva es una concepción científica que puede resultar extraordinariamente sugerente y beneficiosa.