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Hoy por hoy es muy común oír a hablar de la crisis existencial en adolescentes. Son muchos los jóvenes que se ven afectados por estas crisis emocionales, habitualmente por las dudas y el malestar que les provocan tanto los cambios físicos internos como los de su entorno. Por eso queremos acercarte un poco más este problema tan frecuente.

No sé qué hacer con mi vida

Seguro que han sido muchas las veces que has oído la frase no sé que hacer con mi vida. La adolescencia se caracteriza por ser una etapa de confusión. Esto es debido a los numerosos y drásticos cambios que se producen en el cerebro del adolescente, que se encuentra en pleno proceso de maduración, y que afectan también a su comportamiento. Hemos de pensar que es en este periodo de la vida donde empieza a formarse la identidad.

El futuro es un lugar oscuro en el que parece muy fácil perderse. ¿Quieres saber si tu hijo está padeciendo una crisis de identidad o emocional? Es importante conocer los indicadores, ya que algunos pueden estar relacionados o desencadenar en otro tipo de problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión. Vamos a ver en qué consiste.

Principales indicadores o reflejos de una crisis existencial en adolescentes

Antes de nada, tenemos que saber que el cerebro se desarrolla de forma gradual pero también irregular. En su desarrollo van apareciendo nuevas conexiones neuronales, desaparecen otras y se reorganizan conexiones preexistentes. Esta maduración no es homogénea, sino que unas áreas se desarrollan antes que otras. Así, la última zona que madura es la corteza prefrontal, encargada de controlar los impulsos, la planificación, la toma de decisiones y de calibrar los riesgos de nuestras acciones.

Por este motivo, la adolescencia es una etapa que se caracteriza por la impulsividad y la rebeldía. Aunque cada uno es diferente, hay una serie de indicios a los que debemos de prestar atención porque pueden alertarnos de una crisis existencial en nuestros adolescentes.

En primer lugar, estaría la apatía y la sensación de aburrimiento pronunciado. Es cierto que éste es un rasgo que generalmente se asocia con la adolescencia, especialmente cuando el adolescente se encuentra fuera de sus círculos de edad y de amigos. Sin embargo, tenemos que estar atentos a cuando este sentimiento o comportamiento apático se vuelve más intenso y frecuente. Quizás estemos frente a un proceso de crisis.

También debemos estar atentos si observamos una desconexión emocional importante. Cuando independientemente del ambiente, la persona se muestra fuera de todo y de todos. Ya sea alejándose de sus mejores amigos y familia, como de personas con las que tenga un menor contacto. Un aislamiento excesivo es un indicador claro de malestar personal.

Por otro lado tenemos el miedo al futuro. Es muy normal que, en diferentes momentos a lo largo de la vida, en periodos de crisis o en momentos de dificultad, este miedo aparezca o aumente. En este caso el futuro se convierte en un ente incierto y si estás atravesando una fase así, es totalmente normal que te preocupe sobremanera.

Ahora bien, en la adolescencia si vemos que este miedo es desproporcionado, debemos de saber reconocerlo y actuar en consecuencia para que no limite a la persona que lo sufre.

Otro indicador es la no aceptación de su ”yo”, el hecho de que no se reconozca en sí mismo. En este caso, el joven no se acepta tal como se ve y se siente nostálgico de su antiguo yo. No reconoce ni aprueba lo que está haciendo ni en qué se está convirtiendo. Aquí debemos de prestar atención y hacer un esfuerzo en reconocer todo aquello que hace bien o está bien en él o ella, porque afecta directamente a su autoestima.

Finalmente, observa si en su discurso aparecen preguntas existenciales recurrentes. Probablemente éste es el indicador más claro. Debemos de saber que, así como la depresión o la ansiedad no siempre se relacionan con una reflexión, las crisis sí. De esta manera, si te sucede a ti es probable que te cuestiones y te hagas preguntas sobre la vida, la amistad, el amor…

Una crisis existencial, en la adolescencia siempre atraviesa todos los planos del ser (el emocional, el comportamental y el mental) y no resulta sencillo manejarla correctamente.

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¿Por qué surgen las crisis existenciales en adolescentes?

Lo cierto es que este es un momento perfecto para que aparezcan problemas de esta índole. Piensa que en la adolescencia, o la juventud en general, la persona siempre está en perpetuo movimiento y cambio. Es una edad en la que, como hemos dicho, se está forjando la identidad de la persona. Hay diferentes teorías sobre cómo y por qué se dan estas crisis.

Según Freud y el psicoanálisis lo asocian a la satisfacción (o no) de los impulsos o deseos sexuales, centrándolo también en una edad temprana. Mientras, otros psicólogos de renombre como Walter Mischel, lo asocian más a la influencia del entorno. Es decir, afirman que existen contextos que llevan al individuo a madurar antes y, por lo tanto, también, a desarrollar prematuramente dichas crisis o problemas.

Por consiguiente, la identidad y el crecimiento tienen mucho que ver en este proceso. Pero también las experiencias vitales (traumáticas o no) pueden conducir a los jóvenes hacia estas reflexiones. Por eso, no existe un único factor que condicione ese estado.

Ahora bien, lo que es importante que quede claro, es que no se trata solo de una etapa de adaptación y cambio. En numerosas ocasiones, implica un sufrimiento grande. Y, aunque no se trate de problemas materiales de gravedad, sí que puede generar estrés y tristeza a quien lo padezca y también preocupación e inestabilidad a su familia y entorno más cercano. En consecuencia, no desprecies este tipo de situaciones y actúa.

 

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¿Qué hacer ante una crisis existencial?

Lo cierto es que no todas las crisis existenciales en adolescentes se resuelven igual. Se trata de un proceso muy personal, que psicológicamente puede ser muy delicado. Algunas son más suaves y llevaderas, mientras que otras pueden ser verdaderamente traumáticas.

Por eso, si ves que tu hijo y/o tú mismo estáis pasando por un momento así, siempre es una buena opción acudir a un profesional de la psicología. Es siempre aconsejable recurrir a expertos para, en primer lugar, descartar algún trastorno subyacente, y luego para reorientar tanto tu comportamiento como el del joven, con el objetivo de superar juntos estos momentos.

En definitiva, ante una crisis existencial en adolescentes y jóvenes, aprender a identificar y gestionar sus problemas y las complicaciones que le puedan ir surgiendo, acompañado de un profesional, es un buen método para que poco a poco, vaya encontrando su lugar y su camino en el mundo.