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Es un hecho innegable que el prefijo neuro está de moda. Cada vez es más común escucharlo en parcelas de conocimiento y campos profesionales bien distanciados y distantes. Economía, publicidad y, por supuesto, marketing, por poner solo unos ejemplos, utilizan continuamente este prefijo. Si hacemos la prueba, tan solo con introducir en cualquier buscador la palabra «neuro» obtenemos, al instante, más de 63 millones de resultados diferentes.

Desde este punto de vista, es posible afirmar que lo que comenzó siendo un mero uso de este prefijo, ha acabado convirtiéndose en un verdadero abuso. En este artículo vamos a tratar de presentarte una breve introducción sobre el origen del prefijo y seguidamente, realizaremos una diferenciación entre sus usos adecuados e inadecuados. ¿Nos acompañas?

El origen del prefijo «neuro»

El origen del prefijo «neuro» se encuentra en el griego, y significaba «nervio» o «sistema nervioso». De ahí, ha transcendido a nuestra lengua con una semántica similar. En general, cada vez que se utiliza se pretende hacer referencia al funcionamiento del cerebro.

Así, si a un concepto se le añade este prefijo, ya pasa a estar aludiendo a las consecuencias o a los efectos que tiene sobre el cerebro. Como curiosidad, queremos apuntar que la RAE acepta su uso, siempre y cuando se añada sin guión y con minúscula inicial. Es decir, ortográficamente hablando, lo correcto es escribir neurociencia, neuroeconomía neurodegenerativo y nunca neuro-psicoanálisis ni neuro-robótica. Además, en el caso de emplearse para hacer alusión a un anglicismo como neuromarketing, siempre debe escribirse en cursiva.

En todo caso y más allá de consideraciones ortográficas, nuestro interés se centra en el contenido semántico del prefijo. Cómo modifica el significado de las palabras su uso. Así, vemos cómo economía hace referencia a la ciencia económica en general, pero, en cambio, neuroeconomía no. Al habérsele añadido el referido prefijo, ya se está apuntando a los efectos concretos que sobre el cerebro tiene la economía. O bien, la manera en la que el cerebro entiende el funcionamiento del mercado y cómo se enfrenta a él. Es decir, conecta con el origen griego del prefijo involucrando directamente al sistema nervioso.

En otras palabras, el «neuro» para utilizarlo correctamente debe de establecer una relación con la neurociencia, la cual, por cierto, posee un campo de actuación y un alcance muy concretos.

El uso adecuado del «neuro»

El prefijo «neuro» atesora un contenido semántico específico, tal y como hemos dicho. Desde este punto de vista, su uso puede ser correcto y adecuado siempre que sea pertinente. Esto es, cuando se pretenda establecer una relación con el concreto campo de la neurociencia.​

Para que esta explicación quede lo suficientemente desarrollada, será ideal presentarte algunos ejemplos de lo que estamos diciendo. La neurofinanza es la ciencia que estudia los procesos fisiológicos del cerebro al ser sometido a presión financiera. Pretende conocer el funcionamiento del principal órgano humano ante las decisiones económicas. Para ello, utiliza técnicas propias de la neurociencia.

La neuroeconomía, por su parte, que es una ciencia estrechamente ligada a la anterior, en general, hace referencia al funcionamiento de la química cerebral durante el proceso de comprensión de la economía. Incluye los mecanismos mentales que suceden al sopesar riesgos económicos o al adoptar decisiones arriesgadas.

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Su uso indebido

Te hemos mencionado más arriba que la adecuación del uso del prefijo depende de si es verdaderamente necesario o no, de si podemos establecer una relación directa entre la raíz a la que acompaña el prefijo con el funcionamiento del sistema nervioso. Frente a esto, lo cierto es que ha acabado desarrollándose una especia de fiebre o moda «neuro». Esta consiste en añadir a multitud de palabras este prefijo (aunque no sea estrictamente necesario desde el punto de vista del significado), con el objetivo de conferir una apariencia seria o científica a algo que en realidad no lo es.

En este punto entran en juego, por ejemplo, el marketing y las supuestas técnicas de publicidad. Ya hemos explicado cómo «neuro» es empleado en campos de gran seriedad, como campos científicos o de investigación. El problema está cuando se utiliza con el único ánimo de publicitar y vender productos, donde las agencias adoptan este prefijo para dotarlos de un aspecto de seriedad y de rigurosidad.

 

neuro está de moda
Otra muestra evidente de lo indebido o abusivo de su uso la hallamos en el término «neurocarisma». Se trata de un conjunto de técnicas que persiguen mejorar la capacidad de liderazgo de las personas. Puedes comprobar cómo, aunque es una idea comprensible y válida, no se aproxima a la neurociencia de ninguna manera. Constituye un uso abusivo del término. Lo mismo ocurre con la «neuroarquitectura» o el conjunto de investigaciones acerca de cómo la arquitectura afecta al estado de ánimo. No recurre a métodos científicos propios de la neurociencia ni a su lenguaje ni a su técnica. Se trata, nuevamente, de un uso abusivo.

Para finalizar con los ejemplos abusivos del prefijo no podemos obviar el de “neurocoaching”. Algunos de sus defensores lo definen como una novedosa metodología que emerge de la Neurociencia y que consiste en aplicar conocimientos científicos sobre el cerebro para que los clientes consigan sus metas u objetivos.
Como podrás suponer ya tenemos la polémica servida al enfrentar esta corriente con la psicología u otras ciencias.
Si vamos a la base, debemos de tener muy en cuenta que, en la mayoría de centros que ofrecen formación en Coaching, en un alto porcentaje de ellos, no se pide ningún tipo de conocimientos previos en ninguna materia, por lo tanto, no se exige, ni se imparten tampoco conocimientos sobre el cerebro y su funcionamiento.

Esto es algo impensable para cualquier profesional que ejerce la psicología. Desde este punto, a la hora de elegir un profesional, este hecho te puede servir   de referente. Como hemos defendido aquí en otras ocasiones, el coaching debería de ser una rama de especialización dentro de la psicología y/u otras disciplinas científicas.

Como ves, el prefijo «neuro» se ha extendido por diversos campos y dicha extensión ha conllevado un grave desvío de su adecuación al desvirtuar su contenido. Ahora ya te encuentras en una posición lo suficientemente informada como para saber diferenciar. Queda en tu mano analizar cada caso y comprender si, en realidad, estás ante un caso de uso o de abuso del concepto.