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Los beneficios de tener una rutina diaria son múltiples tanto para la salud mental como física. No solamente puede disminuir el estrés diario, sino que puede abordar diversas alteraciones de salud mental. En este artículo te hablaremos en profundidad sobre este tema.

Un estudio con futbolistas

Un estudio realizado muy recientemente por el equipo de Nattapong Thammasan de la universidad de Twente, ha analizado la actividad cerebral de varios futbolistas voluntarios mientras lanzaban un penalti. El objetivo era conocer por qué en situaciones de estrés, hay jugadores que parece que la presión no les afecta mientras que hay otros que no la saben gestionar.

Observaron que los futbolistas que fallaron los tiros a portería activaron más las áreas del cerebro involucradas en el pensamiento a largo plazo, concretamente la corteza prefrontal. Esto sugiere que en el momento del lanzamiento estaban pensando más en el resultado final que en la ejecución del tiro. Por otro lado, los jugadores que se manejaban mejor bajo presión activaban aquellas áreas cerebrales relacionadas con la ejecución de la tarea. Esto es, la corteza motora. 

A raíz de este estudio, sus autores, plantean la posibilidad de que las personas puedan entrenarse para aprender a activar, de forma voluntaria, aquellas regiones cerebrales que son beneficiosas para el rendimento en situaciones de alta presión. Y también señalan el interés por utilizar este entrenamiento con otros profesionales, además de deportistas, que en su desempeño laboral están sometidos a altos niveles de presión y estrés. Por ejemplo: cirujanos, altos ejecutivos, profesionales de riesgo como bomberos o policía, etc.

Por otro lado, Jim Loehr, uno de los psicólogos más eminentes en el mundo dentro del ámbito del deporte, afirma que el gran enemigo del alto rendimiento no es el estrés ya que, en realidad, éste es el estímulo para el crecimiento. Por el contrario, afirma que el problema está en la mala recuperación posterior. Según Loehr, ésta es la responsable del agotamiento de las reservas de energía que acaba por socavar el rendimiento.

Dicho de otro modo y como hemos apuntado en otras ocasiones, lo que resulta nefasto para el rendimiento es el mantenimiento en el tiempo de los niveles de activación fisiológica y mental que provoca el estrés y no el estrés en sí.

Y como afirma Jim Loehr, la clave para el alto rendimiento está en la capacidad de la persona para la recuperación rápida de la energía gastada después de haber estado expuesto a una situación estresante.

Por lo tanto, si nos basamos en las conclusiones de Thammasan y Loehr tenemos que, mediante un entrenamiento dirigido a promover, por un lado, la activación de las áreas cerebrales responsables de la ejecución de la tarea, y por otro, a facilitar la rápida recuperación del gasto energético que resulta del desempeño de la actividad bajo presión, el rendimiento de las personas aumentará significativamente.

La rutina diaria. Herramienta clave para el alto rendimiento.

Las rutinas se convierten así, en la herramienta protagonista de dicho entrenamiento porque ayudan de forma directa a promover la alternancia entre estrés y recuperación. Si se realizan de forma repetida, regular, precisa y consciente se convierten en un componente imprescindible para rendir al más alto nivel.

Por supuesto que habrá días malos y desafíos a veces insuperables. Un ejemplo reciente de esto último, lo tenemos en todas aquellas personas que han tenido que enfrentar un cambio total de sus vidas debido al COVID-19. Ya sea por la pérdida del trabajo, pasar tiempo encerrados en casa, la adaptación al teletrabajo o por cualquier otro motivo relacionado.

Si bien no podemos cambiar las circunstancias externas, lo que sí podemos hacer es entrenarnos para controlar nuestro estado interno.

Las rutinas diarias no solo afectan a nivel físico, sino que también permiten controlar los pensamientos, evitar sentimientos negativos, enfocar la mente y prepararnos para las próximas acciones.

Así, los beneficios de tener unas rutinas diarias son múltiples tanto para la salud física, mental y emocional, veamos por qué:

Disminuyen la sensación de esfuerzo psíquico

Tener una rutina hace que tengas el modo “automático” activado. Piensa qué actividades realizas con normalidad en tu vida cotidiana que no te llevan a consumir energía psicológicamente y que, incluso, te sirven para “desconectar”. Ser consciente de cuáles son e incorporarlas en el día a día puede ser beneficioso porque si las realizas sistemáticamente te ayudarán a controlar el estrés.

La clave de las rutinas es que te facilitan el enfrentarte a situaciones cada vez más exigentes si las vas incorporando poco a poco. Si quieres estudiar cuatro horas diarias, por ejemplo, reparte los periodos de estudio y descanso. Puedes empezar por realizar periodos más cortos. Establece esta cifra en tu rutina y poco a poco ve aumentándola. Notarás con el tiempo que esto se habrá convertido en un hábito que no te requerirá tanto desgaste de energía como en el inicio.

Fomentan la creatividad

Las rutinas diarias promueven la creatividad porque, como veremos, las fases de recuperación resultan esenciales a la hora de resolver problemas y encontrar soluciones creativas a los mismos. Potencian que puedas ver desde otra perspectiva las diferentes situaciones mejorando, de este modo, tu adaptación, simplemente rearmando la información de la que dispones. Por ejemplo, puedes realizar las tareas de una rutina ya establecida en un orden diferente según tu estado físico, mental o emocional obteniendo así, mejores resultados.

Evitan posponer actividades importantes (procrastinar)

Las rutinas se pueden incluir a la vida diaria a todos los niveles: a nivel personal, a nivel social y a nivel profesional. Lo que hacen es ayudar a dejar de prestar tanta atención a aquellas tareas innecesarias, para fomentar la realización de tus motivaciones principales.

Te ayudan a cumplir con aquellas actividades que sí son tu prioridad y a dejar de procrastinar. No solamente te centrarás en lo importante, sino que podrás tomar mejores decisiones al enfocar debidamente tu atención.

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¿Qué rutinas deberíamos realizar en nuestro día a día?

Aquí te dejamos una lista de elementos que puedes incluir en tus rutinas diarias:

Realizar actividades saludables

Como afirma Jim Loehr, mantener unos ritmos de trabajo y descanso para facilitar la oscilación entre activación y recuperación aumenta significativamente nuestro rendimiento y afecta directamente a nuestro bienestar emocional y mental. Procurar mantener los ritmos de comidas y estar físicamente activo realizando alguna actividad física o deportiva, por ejemplo, es esencial.

Controlar los horarios de descanso

Intentar mantener los horarios de acostarse y despertarse procurando respetar, en la medida de lo posible, los ciclos de sueño regulares. Porque tan importante es el número de horas que dormimos como potenciar la regularidad en los ciclos, porque de ella depende que el sueño resulte profundo y reparador.

Recuperación cada 90-120 minutos.

Los niveles de glucosa y presión arterial caen cada 90 minutos aproximadamente. Si no se recupera y se respetan los ciclos de estrés y recuperación física, la capacidad general se compromete. Así que cada 90-120 minutos podemos reestablecernos comiendo alguna cosa, hidratándonos, moviéndonos físicamente o cambiando por unos momentos de actividad mental o emocional.

Otras reflexiones al respecto

Seguro que alguna vez has encontrado la solución a un problema haciendo algo “sin sentido” como cantando en la ducha a algo por el estilo. Esto es fruto de la oscilación o alternancia mental. Con un entrenamiento enfocado a alternar periodos de estrés y periodos de renovación, las personas aprenden que lo importante, en términos de rendimiento, es aumentar la capacidad de trabajo mientras estamos desarrollándolo, respetando la necesidad de descanso. No por invertir más tiempo trabajando somos más productivos. El objetivo es priorizar la calidad y no la cantidad, en definitiva, ser más eficientes.

En cualquier caso, es importante encontrar actividades que ocupen tu tiempo para así, no terminar cayendo en comportamientos negativos. A veces, instaurar estas rutinas no es fácil y algunas personas se muestran reactivas a la hora de implementarlas en su vida. Es posible conseguirlo con profesionales de la psicología que en todo momento aportarán el apoyo necesario para ayudar a compensar los pensamientos negativos y restaurar la energía positiva disminuyendo la sensación de estrés.

Las rutinas y rituales diarios pueden tener un gran protagonismo en el cuidado de tu salud mental. Disminuyen los niveles de estrés mientras provocan un aumento en la autoconfianza de la persona.

Así como las emociones positivas influyen en el alto rendimiento, las emociones negativas minan la energía. Los sentimientos negativos provocan un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, aumentan la tensión muscular, alteran la respiración y la actividad electrodermal.

Rituales para recuperar las emociones positivas

Hay una serie de rituales que ayudan a compensar las emociones y sentimientos de estrés negativos y llevan a recuperar las emociones positivas.

Escuchar música

La música tiene fuertes y poderosos efectos tanto a nivel emocional como físico, ya que puede provocar un cambio en la actividad mental del hemisferio izquierdo (racional) al hemisferio derecho (intuitivo). Así, se convierte en un medio eficaz para regular la energía, elevándola cuando queramos actuar o bajándola cuando sea necesario. Este es el motivo por el cuál muchos atletas antes de competir se aíslan escuchando música a través de auriculares.

Control postural

Todos los grandes deportistas entienden la importancia de controlar su lenguaje corporal (cómo caminan, cómo se mueven y qué posturas adoptan en los tiempos de descanso). Saben que si se comportan físicamente con confianza comenzarán a sentirse seguros y su rendimiento aumentará.

Visualización

El neurocientífico Ian Robertson, ha descubierto que la visualización puede literalmente reprogramar los circuitos neuronales del cerebro, mejorando directamente el rendimiento. Nuestro cerebro no distingue entre realidad y ficción. La reacción química es la misma, se activan las mismas áreas cerebrales cuando actuamos que cuando nos imaginamos a nosotros mismos actuando.

Incorporar estas rutinas puede ayudarte a organizar mejor cada día y a ser, sin duda, más productivo. Te aporta autoconfianza y un mejor estado de ánimo lo que repercute directamente a tu rendimiento.

También te ayuda mantenerte más el aquí y el ahora, despreocupándote de posibles imprevistos futuros. Así, si tienes, por ejemplo, un examen de la Universidad en un mes, tus rutinas diarias pueden incluir unas horas de estudio y tiempos de descanso y recuperación en los que puedas incorporar, si no todas, algunas de las rutinas que hemos detallado.

Las rutinas pueden flexibilizarse y se pueden compensar. Lo importante es mantenerlas en el tiempo y convertirlas en hábito.

rutina en el deporte

Los deportistas tienen claro que la rutina es esencial para la mejora del rendimiento

Para todos aquellos que desean potenciar su rendimiento deportivo, las rutinas y los rituales son esenciales. Pautar los horarios de los distintos ejercicios a llevar a cabo, respetar los tiempos de alimentación y cuidar el descanso, será imprescindible para obtener buenos resultados.

Además, si uno se dedica a la competición, sabe que las rutinas ayudan a disminuir la fatiga física, mental y emocional. Por su parte, los rituales fomentan que la recuperación o el restablecimiento de los indicadores fisiológicos en competición sea más rápido provocando que el desgaste energético sea menor, lo que, repercutirá directamente en el aumento del rendimiento.

Disponer de un planning de entrenamiento a corto, medio y largo plazo favorece la confianza enormemente de cara a importantes retos deportivos.

 

En resumen, procura tener una rutina diaria que sea cómoda y que aporte un sentido de previsibilidad a tu día. Por supuesto, tu horario puede cambiar un poco según el día de la semana, pero debe ceñirse a una estructura básica. Todo esto puede ayudarte a sentirte menos estresado y más animado. La estructuración de tu día te asegura que cumplas con las tareas básicas que debes realizar.